Científicos, investigadores y amantes de la naturaleza llegan al Parque Nacional Pan de Azúcar atraídos por su variedad de curiosas y misteriosas formas de vida endémicas, entre ellas la copiapoa y su particular morfología y comportamiento en el desierto más árido del mundo.
Las cactáceas, más conocidas como cactos o cactus, son originarias de América y en Chile están en todo el territorio. De casi 50 categorías estudiadas, 29 son vulnerables a desaparecer y 16, principalmente de los géneros de copiapoas, endémicas del norte chileno, se encuentran en serio peligro de extinción, a causa de la extracción con fines comerciales y ornamentales, así como por el tráfico ilegal de especies protegidas.

El Parque Nacional Pan de Azúcar es la zona que alberga a la mayor cantidad de copiapoas vivas y en buen estado que solo pueden encontrarse en dicha zona, como las columna-alba que crecen inclinándose hacia el norte y es una de las que atrae a científicos y observadores de todo el mundo por sus características únicas en condiciones adversas para un organismo vegetal.
Algunas de estas bellas y tan peculiares plantas se desarrollan gracias a la niebla conocida como camanchaca que las provee de humedad cerca de la costa y zonas altas del Parque, en tanto otras lo hacen a nivel del mar en un ambiente salino y de aridez extrema.